A los hombres de los tambores
Seis almas tocan sin parar
La canción de su corazón
Con cuerdas, viento y golpes.
“¡sus golpes acortan mis pensamientos!”
Pero ¿Cómo pude?
Sabiendo que esos golpes
Son sus voces;
Intensas a veces,
Otras muy tímidas,
Pero sus voces, al fín.
Es que son como los latidos
De un asustado corazón, son como el compás
De los pasos de un hombre solitario.
Es que ellos lo son,
Solo ellos y sus tambores,
Solo ellos y su voz,
Una voz seca y profunda
Que acaricia, sobresalta y arrulla.
Son ellos, bateristas,
Cimientos de la música
Y el corazón.
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