Bienvenido a nuestro pueblo
Caminé sintiendo el frío y la niebla penetrante de Liverpool y recordando . Conversamos bastante y me habló del origen de su condición. Había sufrido un accidente de autos hacía nueve años que lo había dejado cuadrapléjico. Le dije que eso no era de ninguna importancia, que todos éramos personas, que él no era lo que la gente llama un inválido y que todo podía adaptarse si se tenía voluntad para ello. En ese momento, me sentí extraña, pero el tiempo me hizo entender que sólo el amor podía haberme hecho decir algo así. Se quedó pensativo y, después de un momento me dijo: “ojalá todos tuviéramos la sensibilidad que tú posees”. Me limité a sonreír, hubiera hecho algo como besarlo o decirle que todos la teníamos dormida en nuestro corazón pero, como siempre, mi personalidad se interpuso entre mis sentimientos y él. Al marcharme, me sentí extraña porque no podía sacarlo de mis pensamientos, me negaba a aceptar que me había enamorado.
De pronto, una voz profunda me sacó de mis ensoñaciones. Era él, mi corazón comenzó a latir con violencia sin embargo, me acerqué y me dijo: “han pasado muchos meses desde que nos vimos, pero no olvido la conversación que tuvimos, nadie me ha tratado del modo en que tú lo hiciste”
Le contesté sonriendo: “yo tampoco he podido hacerlo, ahora mismo pensaba en ello. Es por eso que le estoy muy agradecida, he tenido que pasar por momentos muy duros y su recuerdo me ayudó a sobrellevarlos”
“Me alegro de que haya sido así, te agradezco a ti también porque me permitiste ver lo bello de la vida” fue su respuesta. Yo agregué: “nuestra conversación me sirvió además para dar término a una de mis historias que estaba inconclusa desde hacía mucho tiempo”
“¿Eres escritora?” preguntó
“sí, desde hace nueve años, que han sido los más felices de mi vida. Respecto de eso mismo, debo decirle que lo he pensado mucho y he decidido inspirar mi próxima historia en usted” respondí
“¿Necesitas que te dé algún tipo de información?” me preguntó “no” fue mi respuesta y proseguí “sólo necesito que me dé una fotografía suya”
Por largo rato no habló, se limitó a mirarme fijamente. No me alarmé porque todos tenemos momentos para estar con nosotros mismos y éstos nunca se anuncian al llegar, por eso lo dejé reflexionar. Pasado un momento volvió a hablar para decir entre alarmado y sorprendido: “ ¿tan poco es lo que me pides? ¿de qué va a servirte? ¿qué mundo inventarás a partir de ella?” Sonreí mientras decía: “un mundo muy especial, SU mundo” Volvió a quedarse pensativo unos segundos, luego de lo cual, dijo: “ no te conozco lo suficiente, pero pienso que eres una joven muy inteligente para ser capaz de crear un mundo entero de una simple fotografía”
“Todos los escritores podemos.” Dije amable pero firmemente. Sus reflexiones internas volvieron a adueñarse de él , luego de lo cual, sonrió y me dijo: “viendo lo decidida que estás, lo haremos. Espera un momento, veré si en mi computadora tengo una o mandaré a mi secretario por ella a casa”
Me quedé observándolo y pude ver que, pese a su condición, era un hombre muy independiente y emprendedor. Una vez que la consiguió, la guardé con cuidado entre mis papeles y me dispuse a continuar disfrutando de la reunión, pero no pude hacerlo porque vi algo que aún hoy, considero una provocación, un hombre que, a mi parecer, debería ser uno de nuestros aliados, por el contrario, perturbaba a uno de aquellos pequeñuelos. Como es natural, reaccioné con indignación.
“espere un momento” dije frunciendo el ceño y, enfrentando al individuo, grité: “nadie molestará ni humillará a los niños ni a nadie mientras yo viva porque los defenderé hasta la muerte. Lo daré todo por evitarles un sufrimiento a quienes no lo merecen” Habiendo llevado al pequeño a un lugar más tranquilo, volví a su lado. Al acercarme, dijo: “por favor, no hables de ese modo. Comprendo que ames la justicia y que por eso defiendas a quienes consideras parte de “tu pueblo”, pero la vida es lo más hermoso que todos tenemos y no debemos pensar en morir” no tuve otra alternativa excepto quedarme helada ¿como podía un hombre en su estado pronunciar semejantes palabras? Tomé su mano, la besé y le dije “no es que yo deseara matarme, solo quise dar impresión de seguridad para asustarlo a el”
“que hermosas palabras salen de tu alma y cuan buena eres tomando una de mis inertes manos y bendiciéndola con un beso, pon una de las tuyas en mis labios para que yo pueda besarla también” hice lo que me pidió mientras extrañas sensaciones invadían mi corazón y mi cuerpo y la razón se tomaba un descanso. Después de una pausa que nos sirvió a ambos para dar descanso a nuestros corazones, él dijo mirando tristemente hacia un punto lejano: “me encantaría pertenecer a eso que tú llamas “tu pueblo” pero creo que un hombre como yo no es digno de ello” sin entender por qué, pude comprender lo que él sentía, pese a que nunca me había sentido desesperanzada, como él en ese momento. Sin embargo, llena de optimismo y esperanza como me sentía, le dije, sin poder evitar sonrojarme:” por supuesto que puede, desde el primer momento en que lo vi., supe que usted debía unirse a nosotros. Solo debe ser tal cual es y estar en continua lucha contra sus limitaciones… Peter ¿le gustaría compartir su vida con nosotros?”
“nada me gustaría más pero ¿tendré la oportunidad de compartir esa alegría inmensa contigo?¿estarás ahí para hacerme tan feliz como hoy?,preguntó mientras sus ojos brillaban de emoción y yo sentía esa extraña alegría que produce el dar un significado a la vida de otro. Impulsada por ese sentimiento respondí: “a nuestro lado será feliz y, sí, estaré dispuesta a hacer que usted sienta la misma alegría que hoy rodea mi corazón, como ha sido desde el día en que lo vi., así es que bienvenido a nuestro pueblo”
todos nos observaban con extrañeza porque nunca pensaron que, en aquella reunión, en aquella ocasión en que “nuestro pueblo” renacía, yo, Elizabeth Diane Pierce, había entregado mi corazón en forma incondicional, nadie, ni siquiera yo misma entendía lo que sucedía conmigo. Todos creían que había hecho eso por hacerlo sentir bien momentáneamente, pero no entendían que lo nuestro era amor verdadero y yo no entendí, hasta varios años más tarde, que había experimentado lo que llaman “amor a primera vista”
“amigos” dije, y todos guardaron silencio “hoy se une a nosotros una persona a quien la vida ha quitado las facultades físicas, pero ha dado el don de amar y devolver la esperanza a quien la ha perdido. Espero sepan darle el cariño que merece” después de eso, nos miramos y el mundo desapareció para nosotros, efectivamente, a mis tempranos diecisiete años había encontrado el verdadero amor.
Caminé sintiendo el frío y la niebla penetrante de Liverpool y recordando . Conversamos bastante y me habló del origen de su condición. Había sufrido un accidente de autos hacía nueve años que lo había dejado cuadrapléjico. Le dije que eso no era de ninguna importancia, que todos éramos personas, que él no era lo que la gente llama un inválido y que todo podía adaptarse si se tenía voluntad para ello. En ese momento, me sentí extraña, pero el tiempo me hizo entender que sólo el amor podía haberme hecho decir algo así. Se quedó pensativo y, después de un momento me dijo: “ojalá todos tuviéramos la sensibilidad que tú posees”. Me limité a sonreír, hubiera hecho algo como besarlo o decirle que todos la teníamos dormida en nuestro corazón pero, como siempre, mi personalidad se interpuso entre mis sentimientos y él. Al marcharme, me sentí extraña porque no podía sacarlo de mis pensamientos, me negaba a aceptar que me había enamorado.
De pronto, una voz profunda me sacó de mis ensoñaciones. Era él, mi corazón comenzó a latir con violencia sin embargo, me acerqué y me dijo: “han pasado muchos meses desde que nos vimos, pero no olvido la conversación que tuvimos, nadie me ha tratado del modo en que tú lo hiciste”
Le contesté sonriendo: “yo tampoco he podido hacerlo, ahora mismo pensaba en ello. Es por eso que le estoy muy agradecida, he tenido que pasar por momentos muy duros y su recuerdo me ayudó a sobrellevarlos”
“Me alegro de que haya sido así, te agradezco a ti también porque me permitiste ver lo bello de la vida” fue su respuesta. Yo agregué: “nuestra conversación me sirvió además para dar término a una de mis historias que estaba inconclusa desde hacía mucho tiempo”
“¿Eres escritora?” preguntó
“sí, desde hace nueve años, que han sido los más felices de mi vida. Respecto de eso mismo, debo decirle que lo he pensado mucho y he decidido inspirar mi próxima historia en usted” respondí
“¿Necesitas que te dé algún tipo de información?” me preguntó “no” fue mi respuesta y proseguí “sólo necesito que me dé una fotografía suya”
Por largo rato no habló, se limitó a mirarme fijamente. No me alarmé porque todos tenemos momentos para estar con nosotros mismos y éstos nunca se anuncian al llegar, por eso lo dejé reflexionar. Pasado un momento volvió a hablar para decir entre alarmado y sorprendido: “ ¿tan poco es lo que me pides? ¿de qué va a servirte? ¿qué mundo inventarás a partir de ella?” Sonreí mientras decía: “un mundo muy especial, SU mundo” Volvió a quedarse pensativo unos segundos, luego de lo cual, dijo: “ no te conozco lo suficiente, pero pienso que eres una joven muy inteligente para ser capaz de crear un mundo entero de una simple fotografía”
“Todos los escritores podemos.” Dije amable pero firmemente. Sus reflexiones internas volvieron a adueñarse de él , luego de lo cual, sonrió y me dijo: “viendo lo decidida que estás, lo haremos. Espera un momento, veré si en mi computadora tengo una o mandaré a mi secretario por ella a casa”
Me quedé observándolo y pude ver que, pese a su condición, era un hombre muy independiente y emprendedor. Una vez que la consiguió, la guardé con cuidado entre mis papeles y me dispuse a continuar disfrutando de la reunión, pero no pude hacerlo porque vi algo que aún hoy, considero una provocación, un hombre que, a mi parecer, debería ser uno de nuestros aliados, por el contrario, perturbaba a uno de aquellos pequeñuelos. Como es natural, reaccioné con indignación.
“espere un momento” dije frunciendo el ceño y, enfrentando al individuo, grité: “nadie molestará ni humillará a los niños ni a nadie mientras yo viva porque los defenderé hasta la muerte. Lo daré todo por evitarles un sufrimiento a quienes no lo merecen” Habiendo llevado al pequeño a un lugar más tranquilo, volví a su lado. Al acercarme, dijo: “por favor, no hables de ese modo. Comprendo que ames la justicia y que por eso defiendas a quienes consideras parte de “tu pueblo”, pero la vida es lo más hermoso que todos tenemos y no debemos pensar en morir” no tuve otra alternativa excepto quedarme helada ¿como podía un hombre en su estado pronunciar semejantes palabras? Tomé su mano, la besé y le dije “no es que yo deseara matarme, solo quise dar impresión de seguridad para asustarlo a el”
“que hermosas palabras salen de tu alma y cuan buena eres tomando una de mis inertes manos y bendiciéndola con un beso, pon una de las tuyas en mis labios para que yo pueda besarla también” hice lo que me pidió mientras extrañas sensaciones invadían mi corazón y mi cuerpo y la razón se tomaba un descanso. Después de una pausa que nos sirvió a ambos para dar descanso a nuestros corazones, él dijo mirando tristemente hacia un punto lejano: “me encantaría pertenecer a eso que tú llamas “tu pueblo” pero creo que un hombre como yo no es digno de ello” sin entender por qué, pude comprender lo que él sentía, pese a que nunca me había sentido desesperanzada, como él en ese momento. Sin embargo, llena de optimismo y esperanza como me sentía, le dije, sin poder evitar sonrojarme:” por supuesto que puede, desde el primer momento en que lo vi., supe que usted debía unirse a nosotros. Solo debe ser tal cual es y estar en continua lucha contra sus limitaciones… Peter ¿le gustaría compartir su vida con nosotros?”
“nada me gustaría más pero ¿tendré la oportunidad de compartir esa alegría inmensa contigo?¿estarás ahí para hacerme tan feliz como hoy?,preguntó mientras sus ojos brillaban de emoción y yo sentía esa extraña alegría que produce el dar un significado a la vida de otro. Impulsada por ese sentimiento respondí: “a nuestro lado será feliz y, sí, estaré dispuesta a hacer que usted sienta la misma alegría que hoy rodea mi corazón, como ha sido desde el día en que lo vi., así es que bienvenido a nuestro pueblo”
todos nos observaban con extrañeza porque nunca pensaron que, en aquella reunión, en aquella ocasión en que “nuestro pueblo” renacía, yo, Elizabeth Diane Pierce, había entregado mi corazón en forma incondicional, nadie, ni siquiera yo misma entendía lo que sucedía conmigo. Todos creían que había hecho eso por hacerlo sentir bien momentáneamente, pero no entendían que lo nuestro era amor verdadero y yo no entendí, hasta varios años más tarde, que había experimentado lo que llaman “amor a primera vista”
“amigos” dije, y todos guardaron silencio “hoy se une a nosotros una persona a quien la vida ha quitado las facultades físicas, pero ha dado el don de amar y devolver la esperanza a quien la ha perdido. Espero sepan darle el cariño que merece” después de eso, nos miramos y el mundo desapareció para nosotros, efectivamente, a mis tempranos diecisiete años había encontrado el verdadero amor.
Comentarios
O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.
E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.
E assim nas calhas de roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama coração.
(FP)