Amy

Esta es la historia de Amy Benson, hija de Frank Benson, comisario del pueblo de Shellfield, ubicado al norte de Texas. El señor Benson tenía 45 años, un carácter apacible (excepto en los enfrentamientos de armas), alta estatura y casi todo lo que pudiera pedirse en la vida, excepto una esposa porque la suya había muerto a manos de George Price , su peor enemigo. Pasaba gran parte de su tiempo con su hija Amy , a quien quería con todo su corazón.


Amy, por su parte, era alta, como su padre, tenía el pelo castaño claro, sus ojos eran verdes y era muy inteligente. Amaba tanto a su padre que siempre tenía todo en su sitio para que cuando él llegara no tuviera contratiempos. Cuando lo veía llegar corría a arreglarse. Se comportaba como si estuviera prometida a él en matrimonio.


Un día tuvo necesidad de ir a la botica para tener siempre las medicinas precisas para las curaciones de su padre .Al pasar casualmente por la taberna oyó decir al tabernero: “No sé qué haremos, nuestro pueblo estará como barco a la deriva, el señor Benson , nuestro comisario murió a manos de George Price y sus hombres” Amy, haciéndose la desentendida ,entró ,y, viendo cómo todos los hombres se volteaban a mirarla, le preguntó al tabernero: “señor Peters ¿ha visto a mi padre?” .Él respondió consternado:


“Señorita Amy, lamento decirle que su padre murió a manos de George Price, ese maldito no respeta ni al comisario...”


Amy contestó en tono pensativo: “no me va a creer, pero mi corazón dice que mi padre aún vive. Tal vez yo no soy una experta como el comisario Benson, pero en las circunstancias en que nos encontramos me veré obligada a dar una orden, o más bien pedirles un favor: reúna a todos los hombres más fuertes del pueblo y cuídenlo mientras voy en busca de mi padre porque sólo él sabe poner a ese perro rabioso de Price en su sitio”.


El hombre se limitó a decir “sí, Amy”, pero para pensó: “no creo que se logre nada , pobrecilla , el amor filial la hace pensar así, sólo haré lo que me dijo por el aprecio que le tengo”


.Amy se fue en busca de su padre y, cuando ya había recorrido todo el pueblo, se encontró con Seamus ,un amigo suyo de toda la vida , a quien el señor Benson quería como a un hijo por ser éste huérfano. Le explicó la situación y el joven aceptó de inmediato acompañarla a buscar a su padre. Lo encontraron tirado en el suelo y con ambas piernas sangrantes “¡papá!” Gritó Amy presa del horror


“Amy, por favor tranquila, todo estará bien, recuerda que todo el pueblo confía en lo que tú hagas” le dijo Seamus.


“hija, que haces aquí, te matarán...” le dijo el señor Benson y Amy dijo, recobrando el valor: “que vengan, que se atrevan, aquí está mi cuerpo”


“Pero, Amy...” trató de decir Seamus, pero Amy contestó: “nada de peros, pequeño, es mi padre y lo amo mucho”


Después de eso lo durmieron con una infusión de hierbas y lo llevaron a su casa para hacerle las curaciones pertinentes .En tanto, el señor Benson deliraba llamando a Eva , el amor de su vida “Eva, mi vida, me duele tanto... le temo a la muerte porque la pobre Amy se quedará sola en el mundo si me marcho...” Amy y Seamus se miraron “mira nada más como te ama” comentó Seamus abrazando a Amy.


Una vez recuperado, el señor Benson fue a avisar a los hombres del pueblo que ya podían descansar y, seguido de todos, entró en la cantina y dijo: “Para todos los hombres de este pueblo mis más sinceras gracias sobre todo a aquellos que apoyaron sin condiciones a mi hija Amy cuando no estuve, hoy todo lo que beban corre por mi cuenta” y, dirigiéndose a George Price dijo: “escucha bien, animal, tus malos propósitos no corren en Shellfield porque tengo al mejor ejército que se puede tener : los hombres más fuertes de mi pueblo .Pero tampoco se me olvida que fue formado por una orden de mi hija Amy , a usted señor Peters” y, finalmente dirigiéndose a Seamus dijo: “vamos, Seamus ,que me muero por una pierna de ciervo asado” y tomó en sus brazos a Amy que, cansada por los esfuerzos de aquella agitada semana, se había dormido en brazos de Seamus.




Escribí esta historia cuando tenía 16 años, no es muy buena pero sentó las bases para, un año después, escribir unos de mis mejores relatos





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